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Pros y contras del acceso indiscrimado a la red

Actualmente, podríamos decir que la supervivencia del primer mundo, incluso del segundo, sería impensable sin la existencia de Internet. La red se ha hecho un elemento tan habitual en nuestras vidas, y nos ha dado acceso a tantos recursos, que volver a llevar una existencia donde el mundo cibernético no existiera ya no nos sería posible. Por supuesto, esto lleva a pensar que, ya que no es posible dar marcha atrás a la revolución virtual y tecnológica que nos ha tocado vivir, lo más lógico es hacerla extensiva a la mayor cantidad de países del mundo; y eso es justamente lo que se intenta con programas gubernamentales como el de todos.es, aquí en España.

Nuestros país puede considerarse dentro del grupo de los desarrollados, en los que la brecha digital puede considerarse cada vez más inexistente. Pero en Latinoamérica, esa brecha sigue siendo bastante profunda, y su gobierno también idea programas para hacer que el internet para todos sea una realidad; según ellos, necesaria para el país siga avanzando y, sobre todo, para que la población lo haga a la par. Es curioso que ahora se necesite de la web para el desarrollo de un país, algo que se ideó de manera corporativa y para el uso meramente privado y corporativo; pero su lanzamiento al mercado global y de consumo ha hecho que su uso ya se haya convertido en una necesidad. Y, por supuesto, incide directamente en todos los ámbitos (económico, educativo, administrativo) de cualquier país, ya sea desarrollado o en vías de desarrollo.

Sin embargo, no todo son ventajas en esto de Internet, y todos los sabemos. Los objetivos, los que se ha dado por llamar los peligros de la red, atentan contra nuestra seguridad cibernética, compartiendo nuestros datos privados llegando incluso a suplantar nuestra personalidad virtual. Estos están bien localizados, pero también han aparecido otros, como las distintas adicciones: a los dispositivos móviles, a las redes sociales… y una de las más sonadas desde hace un tiempo: los adictos al porno. Nadie duda de que hay que poner remedio a todos estos problemas que desvirtúan el uso responsable de la red, que es el que permite aprovechar todas su ventajas y beneficios.

Si nos concentramos en la pornografía, encontramos que desde la aparición del porno online no ha habido más que controversia. En realidad, mucho de ella solo ha consistido en trasladar a las webs de videos y contenido xxx lo que ya se le atribuía en el mundo real a cualquier manifestación pornográfica; porque también es cierto que en los primeros tiempos del internet a nivel de usuario, su presencia era permanente. Los puretas y censores de todos los países se llevaron las manos a la cabeza, al comprobar que se escapaba de las manos ese contenido para adultos en cantidades industriales y al módico precio de… nada, todo porno gratis. Y como siempre, pero ahora con más razón, despotricaban de todo ese contenido de categoría sexual que nada bueno podía traer a la sociedad, toda una aberración. ¿Y cuando apareció el porno gay? ¡Ah, de ahí al fin del mundo, solo quedaba un paso!

En la actualidad, el acceso a la pornografía en internet se va intentando restringir para ciertos sectores, porque es cierto que en cierto momento llegó a ser incontrolable. Sin embargo, retomando el párrafo anterior, para el porno homosexual, y la comunidad LGTBI en general, esta exposición ayudó bastante a su causa, a pesar de las voces homófobas que nunca suelen faltar. Y a nadie se le escapa que la industria del porno tiene que agradecer bastante a la red de redes su difusión; mucho más si hablamos de temática gay o lésbica. Incluso el porno gay español, que gracias a nuestro complicado siglo XX no tenia mucha salida, y que comenzó el siguiente siglo sin pena ni gloria, se convirtió de repente en una industria con bastantes buenas expectativas, y tuvo un resurgimiento bastante importante; y siempre, a traves de medios online.

Usar la web de forma adecuada siempre está en las manos del que accede a una red de internet. El universo virtual está ahí fuera, con sus pros y sus contras; usarlo en aras del progreso y el desarrollo, o en proyectos más oscuras, es nuestra decisión.